A base de...
- Alejandro Castillo
- 27 ago 2018
- 2 Min. de lectura
El sol se escondía, y la lluvia caía al ritmo de los cantos de las aficiones Azulcrema y Auriazul. 7 de la tarde en la capital del país y el Azteca esperaba ansioso para dar inicio a la batalla del Clásico Capitalino.
Antes de poder comenzar a disfrutar el partido y con 17 segundos de juego, un centro a la olla y un incómodo cabezazo de Felipe Mora, adelantaron al Club Universidad, el ex celeste chileno estalló en euforia tras darle la ventaja a su nuevo equipo.
El América jugaba sin profundidad, sin idea y sin verticalidad, y la desesperación los castigó: Un codazo de Roger Martínez sobre Alex Arribas provocó la expulsión del sudámericano. Y, cuando peor jugaba el América, un trazo largo que recibe Oribe, lo permite colarse al borde del área y sacar un disparo tan flojo que tuvo que desvíar un defensa Universitario para que bese la red.

El Club América jugaba mal y con 10 hombres, y sin embargo, rescataba el empate al medio tiempo.
Las gargantas no dejaron de cantar durante el entretiempo, y justo empezando la segunda mitad, América proponía al ataque. Cecilio Domínguez y Mateus entraban para darle más revoluciones al encuentro. Y justo cuando mejor jugaba el equipo de Miguel Herrera, una entrada tardía de Bruno Valdez, el árbitro no dudo en sacar la tarjeta roja.
No pasaron más de 6 minutos y Carlos Gónzalez le gana por altura al joven Edson Álvarez, y remata al primer poste de Marchesín para poner arriba a los Pumas con 13 minutos por jugar y 2 jugadores más.
Pasaba el tiempo, y el América corría una carrera contrarreloj, y con dos jugadores más, David Patiño optó por defenderse, cuidar su ventaja, por contrario a Herrera que se jugó todo al ataque para no perder el juego y mantener su invicto ante el Club Universidad Nacional. Y así, con dos minutos por jugar, Marhesín cruza el medio campo y toca para Ibarguen, que con un desborde hacia adentro se quita a un defensor y centra el balón al manchón penal, para que el yucateco Henry Martín cabecee el balón hasta el fondo de la red.
Con mal fútbol, una desconcentración notable, y muy poca idea de juego, sin profundidad ni química, el América de manera circunstancial, las Águilas rescatan un empate con sabor a victoria, a pura base de...
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